Saturday, October 1st, 2016
Nuevas normas contables aprobadas por el Consejo Internacional de Normas de Contabilidad, conocidas como las IFRS 9, entrarán en vigor al comienzo de 2018. Los tesoreros corporativos han comenzado a analizar el efecto de su adopción, no sólo en su contabilidad, sino sus implicaciones para la gestión de riesgos, gravámenes, controles internos y procesos, además de evaluar si los sistemas existentes son suficientes para adaptarse a la nueva legislación.
Las normas IFRS 9 (NIIF 9, Normas Internacionales de Información Financiera) se redactaron en 2014 con el propósito de reemplazar a las normas IAS 39 (NIC 39, Normas Internacionales de Contabilidad), destinadas a aumentar la transparencia en las prácticas contables.
A principios de la década de 2000 múltiples escándalos corporativos propiciaron el surgimiento de una legislación de gran alcance que afectó los procesos de la contabilidad pública y la presentación de reportes financieros en Estados Unidos, con la introducción de la Ley Sarbanes-Oxley de 2002. Finalmente, el Consejo Internacional de Normas de Contabilidad, y su contraparte estadounidense, el Consejo de Normas para la Contabilidad Financiera, lanzaron normas contables actualizadas para los instrumentos financieros.
Las FRS 9 son importantes para los tesoreros corporativos porque rigen la forma en que se deben contabilizar los instrumentos financieros, específicamente la forma de medirlos continuamente. Las decisiones que toman los tesoreros pueden afectar el capital reglamentario y los indicadores clave de desempeño.
Desde una perspectiva amplia, hay dos clasificaciones para lo relacionado con activos financieros: los medidos a un costo amortizado y los medidos a un valor razonable.
Los instrumentos financieros y todas las inversiones de capital que cubren las IFRS 9 deben medirse a un valor razonable en el estado de situación financiera, en el que los cambios de valor se deben reconocer a valor razonable al resultado (VRR), con algunas excepciones para instrumentos patrimoniales específicos.
La medición de los instrumentos de deuda depende del modelo de negocios de la entidad para gestionar los activos financieros y las características contractuales del flujo de efectivo del activo financiero. La prueba del modelo de negocios se propone determinar las razones para mantener instrumentos financieros en el contexto de las operaciones generales y la estrategia de negocios de una entidad.
La evaluación de las características de los flujos de efectivo contractuales tiene como propósito determinar si estos son “únicamente pagos de capital e intereses sobre el saldo insoluto del capital” (criterio SPPI).
Los modelos básicos de contabilidad clasifican los pasivos financieros a valor razonable al resultado y costo amortizado. Los pasivos financieros que se mantienen para negociarse se miden a VRR (por ejemplo, derivativos) y todos los demás pasivos financieros se miden a un costo amortizado, a menos que se aplique la opción de valor razonable. En el caso de dichos pasivos, los cambios a valor justo debido al riesgo crediticio propio de la entidad deben registrarse en Utilidad Neta Integral (UNI).
Los resultados y reportes iniciales sugieren que los inversionistas perciben la nueva reglamentación como un suceso positivo que propiciará una mayor transparencia y visibilidad de las actividades de las entidades en lo relacionado con la gestión de riesgos.
Sin duda alguna, las IFRS 9 exigirán una mayor capacidad de discernimiento al aplicar la prueba de las características de flujo de efectivo contractual y la evaluación del modelo de negocios, lo que podría implicar tener que decidir cómo se calculan algunos instrumentos financieros. Esta decisión no puede tomarse a la ligera, ya que podría ocasionar una mayor volatilidad en los resultados y capital reportados, lo que podría afectar el capital reglamentario y los indicadores clave de desempeño.
Tomemos como ejemplo la industria de los seguros. Después de meses de debates, el Grupo Consultivo Europeo sobre Información Financiera llegó a la conclusión de que “en general, las IFRS 9 propiciarán el bien público en Europa, excepto por el impacto que tendrá en la industria de las aseguradoras su aplicación antes de haya quedado lista la próxima norma para contratos de seguros”. Las reglas y principios contables son más importantes que nunca y sus análisis deben realizarse con mayor cuidado, ya que las compañías tratarán de encontrar cualquier medio para defender su rentabilidad.
Las compañías tendrán que desarrollar metodologías y controles internos adecuados para garantizar que los criterios se apliquen de manera sistemática en toda la organización.
En términos generales, el modelo de clasificación y medición aumentará la capacidad de comparación internacional de la contabilización de los instrumentos financieros, además de determinar de manera más justa las políticas y estrategias de las entidades en materia de gestión de riesgos.